lunes, 25 de febrero de 2013

Se perdió el control remoto


Se supone que la televisión es un sistema de educación, entretenimiento e información, pero parece que en Colombia lo único importante, para los grupos de poder, es que las personas no usen este aparato para formarse, sino como un pasatiempo más en el que pueden ser manipuladas gracias a la publicidad y los programas banales.

No hay un mensaje concreto ni existe la necesidad de dejar con ansias al público para que realice una crítica constructiva. La programación “basura” invade los espacios de los canales y permiten que el ser humano alcance un grado de insensibilidad a tal punto que pueda almorzar en un ambiente tranquilo y al mismo tiempo vea en primer plano al muerto del día.

Los canales privados han tenido la osadía de acaparar la curiosidad del televidente promedio al ofrecer programas en los que sobresale la violencia, el sexo o el morbo, en los que la gente no está pendiente de lo que pasa sino en el intercambio de chismes o rumores.

La televisión colombiana ha vuelto perezoso al ciudadano, ahora solo quiere buscar algo entretenido que lo aparte de sus problemas y no busca contenidos que lo inviten a pensar. Se sienta frente a la caja mágica, da una o dos rondas por los canales hasta que encuentra algo que le atraiga hasta que sea la hora de   dormir o de volver a las actividades laborales.

Un obrero, una ama de casa, un ingeniero o un médico tienen todo el derecho a ver un programa que los relaje después de una extensa jornada de trabajo, pero tampoco es el hecho que un programa se les sea entregado, masticado y fácil de digerir, que no requiera el mayor esfuerzo ni capacidad para reflexionar sobre lo que ven.

Bombardeados por programas sin sentido, enlatados, concursos en los que juegan con las ilusiones de la gente, mujeres de plástico, narcotráfico; el público se dejó llevar por la pasión de saber cómo conseguir plata fácil. Miran programas sin criterio alguno en los que el protagonista para llegar a la cima pasa por encima de todo el mundo y no le importa lo que pasa a su alrededor.

Los productores ya no tienen en cuenta los valores que se cultivan en el ámbito familiar, lo importante es producir para vender y consumir, mientras se llenen los bolsillos sobra la invitación a pensar. Ya no es importante dar ejemplo a través de la televisión, sino crear ídolos de barro que el público ame y olvide en un santiamén.

Hay que aceptar que hubo auge y expansión de la telenovela colombiana, pero porque el producto era bueno y destacable tanto así que otros países adquirieron derechos de varias de ellas e hicieron su propia producción basados en la creación colombiana.

Es increíble que los ‘realities’ o partidos de fútbol tengan un mayor nivel de rating y puntúen en el share cuando existen programas que cumplen con la trinidad de la comunicación como lo es el Profesor Súper O que a pesar de ser premiado no ha conseguido la difusión esperada en la población colombiana.

Hay canales que tratan de salir del hueco en el que está la televisión en Colombia, tales como Señal Colombia, Zoom o Canal Capital, quienes hacen un esfuerzo enorme por mejorar las parrillas de programación y para competir cabeza a cabeza con los canales de mayor poder.

Programas como “La Lleva” o “El Show de Perico” a pesar de pertenecer a la franja infantil, generan interés en todo tipo de público porque exaltan la cultura y modo de vida de las personas al igual que “Los Puros Criollos” en el que se destacan aspectos de la cotidianidad.

Este tipo de programas tienen poca publicidad y muchas veces no llama la atención como lo puede hacer una novela en la que se gastan millones en estrategia de mercadeo.

El fondo del problema es que los hacen televisión colombiana hacen dos programas buenos y se sienten en las nubes, no aumentan sus expectativas, se conforman con poco mientras que aquellos que solo se inquietan por conseguir grandes cantidades de dinero crean muchos programas pero de calidad baja y contenido superficial.

El televidente se debe preocupar por lo que ve, por qué programa va a consumir y si de verdad le sirve como ayuda a su crecimiento como ser humano que piense y se divierta al mismo tiempo.