lunes, 13 de diciembre de 2010

Del Fracaso A La Grandeza

“Si te caes 100 veces, que te levantes 101 veces”.

La grandeza hace parte del éxito y la fama, sin embargo, está al borde del abismo del fracaso, un paso en falso antes de conseguir la consagración, y caerá en la negación de su logro, sin importar cuantas veces lo intente, hasta que lo consiga. El paso del fracaso a la grandeza es un camino con retorno, pues se puede llegar a la grandeza desde el fracaso y fracasar con grandeza en su conquista del poder.

Para alcanzar la grandeza, se debe confiar en Dios, en los ideales propios, creernos el cuento de que somos capaces de hacer cosas que otros no creen capaces de hacer, que muchas veces nos dicen que estamos locos o que eso es una pérdida de tiempo. Muchas veces hay que llevarle la contraria a los demás para conseguir nuestras metas, no perseguirlas también podría ser un sinónimo de fracaso.

El espíritu de una persona que busque llegar a la cima debe ser libre, inquebrantable, que supere las dificultades ante las adversidades, que rompa barreras y brinque obstáculos siempre por el camino del bien, obrando con justicia, manteniendo la paz interior y  conviviendo tranquilamente en la sociedad.

Los problemas al buscar la grandeza nunca se dejan de presentar y esto se vive al correr el riesgo de caer en el fracaso, que es lo que se quiere evitar. La clave está en que jamás debemos desistir de nuestros sueños de grandeza, debemos ver a la derrota como una remota posibilidad y al triunfo como lo más cercano para tener confianza en nuestro ritmo de vida.

La necesidad de vivir con bienestar social nos impulsa a escalar por la montaña de la grandeza para llegar a su más alta colina y darnos estabilidad social para que tengamos una vida plena y podamos ayudar a quién lo necesite, ya que la grandeza no implica engrandecer e inflar nuestro ego, sino trabajar nuestras metas en pro del servicio a la comunidad.

Siendo nobles podemos llegar a ser grandes, en cualquier ámbito de nuestra existencia, debemos ser altruistas, insistir en nuestros propósitos sin que afectemos  a los demás, al contrario, cada acción que hagamos debe beneficiar a las personas que están a nuestro alrededor así mientras subamos más peldaños en busca de nuestro éxito, más personas irán con nosotros de la mano, en especial, nuestra familia.

Hay que soñar, hay que desear, hay que creer, hay que trabajar, hay que crecer, hay que dejar que nuestros mayores anhelos cojan vuelo y que nosotros andemos con alas, para saber que el cielo es el límite, a pesar de comenzar desde cero, siempre vamos a tener una mano amiga, ya sea un familiar, un amigo o simplemente el todopoderoso, quién actuará como consejero en nuestro camino de logros directo al premio de la grandeza, y no nos dejara caer en el fracaso, evitándonos cualquier traspiés que pueda complicar nuestra carrera hacia el final esperado por nosotros.

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