sábado, 23 de julio de 2011

La Concepción De Sujeto En Michael Foucault

Foucault influenciado por las corrientes que se veían en La Modernidad, el estructuralismo y la hermenéutica, provoca el intento del comentario como el descubrimiento de un significado diferente, además evita un análisis 100% estructuralista, que elimina totalmente las nociones de significado y las sustituye por un modelo formal de conducta humano, agregando que procura evitar también el proyecto fenomenológico de rastrear todo significado subyacente a la actividad de un sujeto transcendental autónomo. Busca que los actores sociales sean conscientes de su profundidad de sujeto.

Foucault declaraba que el sujeto moderno moría, ya que el sujeto es una forma, y la forma no es idéntica a sí misma, sino que tiene una historia y cambia a través de ella.

La obra de Foucault puede pensarse en su totalidad como un análisis de los distintos modos de subjetivación  lo que decanta en una ontología histórica de nosotros mismos. 

Foucault divide su obra en tres períodos:

El Período Arqueológico: Comprende una ontología histórica de nosotros mismos en nuestra relaciones con la verdad. Las relaciones nos constituyen como objetos de conocimiento.

El Período Genealógico: comprende una ontología histórica de nosotros mismos respecto de las relaciones de poder, que nos constituyen como sujetos, capaces de operar sobre nosotros mismos y sobre los otros.

El Período Ético: aborda la ontología histórica de nosotros mismos en nuestra relación con la moral, que nos permite analizar las relaciones en tanto sujetos de una ética.

El Sujeto Como Objeto De Estudio: Período Arqueológico

“El conjunto de los enunciados que han elegido por objeto, el sujeto de los discursos y han acometido la tarea de desplegarlo como campo de conocimiento”

Foucault se centra en los modos en los que el sujeto se ha transformado en su propio objeto de estudio.
Hay que hacer visibles las condiciones históricas de posibilidad de un saber, sus condiciones empíricas de existencia; la arqueología hace la pregunta sobre el fondo de qué positividades aparecieron ideas que posteriormente se construyeron en ciencias  y formaron racionalidades y se forjaron en determinadas experiencias.

El arqueólogo no trata al discurso como a un documento sino como a un monumento, debido a su función intrínseca. Su objetivo es concretar las rupturas en los discursos, señalar lo específico y mostrar que las reglas que hay en juego no se reducen ante las demás.

Los Dispositivos Y El Poder: El Período Genealógico

Foucault desplaza aquí el análisis hacia las formas en las que el sujeto se vuelve un sujeto “sujetado” al control y dependencia del otro, como es atravesado y constituido a partir de ciertas y determinadas formas de poder.
Ya no se trata entonces, de un sujeto-objeto de conocimiento de un discurso objeto, al contrario, es un sujeto que emerge del entramado de prácticas discursivas y no discursivas.

Foucault sostiene que el saber y el poder no corren por carriles separados, sino que se retroalimentan, se apoyan  y sustentan el uno sobre el otro, de forma tal que resulta imposible la comprensión cabal de uno haciendo abstracción del otro. El discurso deviene entonces, una pieza fundamental, un mecanismo dentro del juego estratégico en el que el poder está implicado y gracias al que funciona.

A partir del siglo XIX, período que Foucault denomina “sociedad disciplinar” plantea una genealogía del sujeto “sujetado”, a partir de la cual se controla y vigila todas y cada una de nuestras conductas. A partir de este siglo el sujeto estaría preso en función de estar incluido en las redes secuestro institucional estatal y no estatal.

La primera función de estas instituciones es transformar el tiempo y el cuerpo de los hombres en tiempo y fuerza de trabajo para ligarlos al aparato productivo.

La segunda función de las instituciones de la sociedad disciplinar, es la creación de un nuevo tipo de poder, polimorfo, polivalente: un poder económico que ofrece un salario a cambio de un trabajo y un poder político a cargo de personas que dirigen estas instituciones, que se atribuyen la autoridad de dar órdenes, de incorporar y expulsar individuos.

La tercera función de este poder, es un poder judicial, en tanto ellas se castigan de ciertas conductas y se recompensan otras.

Finalmente crean un poder epistemológico en un doble sentido.

Este poder se da de dos formas : por un lado, a partir del saber que desarrolla el obrero en una fábrica, acerca de su propio trabajo se va gestando un saber sobre la productividad, un saber técnico de la producción que permitirá controlarla. Por otro lado, se genera a partir de la posibilidad de la observación de los individuos dentro de las instituciones, un saber ligado al registro, análisis y comparación de esos individuos.

Las Prácticas Y El Cuidado De Sí: El Período Ético

Se establece la correlación para una cultura, entre campos de saber, tipos de normatividad y formas de subjetividad; y hasta ese momento su obra había ignorado los modos por los cuales los individuos son llevados a reconocerse como sujetos, en este caso como sujetos de deseo.

La relación del sujeto consigo mismo aparece tratada a partir de la noción de “inquietud de sí” o “cuidado de sí” que, según se desprende del análisis que lleva adelante Foucault es, en la Antigüedad, una actitud general, una manera determinada de considerar las cosas, de estar en el mundo. Este cuidado de sí, era una actitud con respecto a sí mismo, a los otros y al mundo; y finalmente, también designaba una serie de acciones a través de las cuales uno debía hacerse cargo de sí mismo, unas determinadas prácticas de sí.

Foucault en este último período, termina de configurar a través de la actividad filosófica de diagnostico del presente y la posibilidad de transformación de sí mismo, el espacio en el que se inscribe y puede llevar adelante una Ontología critica de nosotros mismos.

Consecuentemente, se halla dentro de su investigación el efecto que este complejo dispositivo de prescripciones posee sobre los individuos, puesto que los discursos tienen un efecto de poder que no es sólo coercitivo y por lo tanto restrictivo. Muy por el contrario “las relaciones de poder no pueden disociarse, ni establecerse, ni funcionar sin una producción, una acumulación, una circulación, un funcionamiento del discurso”.

Esta vinculación de poder y discurso no se concreta sólo como la concurrencia en una relación que les mantendría, pese a todo, distintos y diferenciados. Por el contrario, el tipo de lazo que les une está más bien del lado de una operación perfectamente complementaria, pues “lo que hace que el poder agarre, que se le acepte, es simplemente que no pesa solamente como una fuerza que dice no, sino que de hecho la atraviesa, produce cosas, induce placer, forma saber, produce discursos”.

Plantear entonces un poder constituyente en cuanto que forma de dis-utopía que genera una noción de lo político, una metodología, una filosofía de la historia y una ética singulares. Una forma política sin principio o fundamento alguno externo a la potencia de la multitud. Una metodología consistente en reconstruir los objetos sobre la hilera de una intuición genealógica radical.  Una "no" filosofía de la historia en la que no hay finalismo sino radical continuidad de lo discontinuo. Una ética abierta en la que el ser ético persigue en la singularidad el cometido (¿imposible?) de realizar la sustancia de la dis-utopía. A esa forma política del poder constituyente, que engloba sus propias valencias metodológicas, histórico filosóficas y éticas,  a la que algunos llaman democracia.

Las obras de Foucault y en ellas sus aportaciones teóricas, conceptuales y metodológicas son sí, una labor arqueológica y genealógica. A lo largo de este ensayo intentamos poner de manifiesto lo que ello quiere decir, con el análisis de las que consideramos aportaciones fundamentales del autor.

Ahora podemos expresar con mayor cabalidad, que la labor de Michel Foucault es en ese sentido quirúrgica, que se emprende a partir del análisis y selección de un conjunto de procedimientos que articulan el tejido de la actividad social durante los siglos XVIII y XIX principalmente, pero no de manera exclusiva, pues las operaciones quirúrgicas realizadas, requieren de una inmersión en la historia desde lo contemporáneo (desde una tecnología que además de científica es judicial), que trata de aislar partes componentes complejas, que han invadido al “cuerpo social” y que constituyen los procesos, como los cánceres, lo que permite indagar en el funcionamiento y en la génesis que tuvieron tales procesos en el curso de los siglos, del tiempo.

Pero Foucault no ambicionó extraer ni extrajo todo tipo de procesos, sino aquellos panópticos, reconociendo la gestación y operación de los aparatos de los que logra precisar cómo se combinan y se reproducen, modificándose, en la densidad de lo social.

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