En Colombia se ha presentado, en los dos últimos años, un extraño fenómeno en el mundo del fútbol y es que los hinchas criollos ya no apoyan al equipo de su tierra o el de sus amores como se solía conocer, sino que por el contrario, el apoyo ha sido destinado para los que en la actualidad han sido considerados como los principales equipos a seguir en el mundo del fútbol.
Colombia se convirtió en una colonia española, otra vez. Siempre que juegan estos equipos, los centros comerciales son colmados de gente que siempre esperan un buen espectáculo con un juego que atrae más de 500 millones de espectadores en el mundo, sin embargo, no se ven camisetas de la Selección Colombia, Millonarios o Nacional. No hay casacas que sean representativas de los equipos del país del Sagrado Corazón, sólo se ven personas con camisas blancas o blaugranas, apoyando al equipo de Madrid o en su defecto al de Catalunya.
Resulta jocoso que después del Mundial de Sudáfrica, las mujeres se han destacado por comentar sobre fútbol, se ha visto el auge de nuevas caras en la sección deportiva, todas femeninas, en el periodismo mundial y esto gracias a la inmediatez que existe en este deporte popular, al igual que muchas mujeres que dicen ser hinchas que de los equipos más “típicos” de España, pero no conocen su historia. Se dejan llevar por la moda que impone el consumo.
Así como el Real Madrid logró llegar a los corazones del mundo en el 2001 con su clan de jugadores apodados “Los Galácticos”, el Barcelona ha creado con su estilo de juego nombrado “tiki-taka” una especie de marketing social en el que ellos son el bando bueno y quién esté con ellos estará en el lado ganador. De pronto sea por eso que tanto colombiano de sombrero vueltiao y café por la mañana sea seguidor de un equipo al que posiblemente no pueda verlo jugar en su estadio por falta de recursos.
La población colombiana que vive del y para el fútbol puede que no haya visto a su equipo coronarse campeón en mucho tiempo y al ver que un equipo gana todas las competiciones en las que participa, se siente atraída por la oportunidad de celebrar un triunfo así sea ajeno.
Los hombres en los bares son vistos inmiscuidos en discusiones en las que se debate por quién es el mejor jugador del partido. Ellos, los ciudadanos de a pie, mientras gastan su salario, su primera quincena en una camisa que tenga el nombre de Cristiano Ronaldo o Messi. Los otros, los jugadores, después del partido, han descansado en sus lujosas mansiones, después de haber ido en su carro envidiado por todos, mientras sus novias, modelos o cantantes famosas, desde las gradas los han visto jugar.
¿De dónde viene tanta simpatía por 2 equipos tan distantes en kilómetros pero tan cercanos en sintonía?
La gente piensa, además, que el Barcelona de ahora juega como la selección Colombia del 90. Otros más románticos gritan a los 4 vientos que Messi se dio conocer en Colombia, cuando jugaban el Suramericano Del Eje Cafetero.
Quizá Colombia se sienta unida estos clubes por la historia. En el pasado, Millonarios enfrentó en más de una ocasión al Real Madrid y nunca perdió, es más lo humilló en su casa, ganándole por 4-2 en el trofeo Santiago Bernabéu. Millonarios que en ese tiempo representaba a Colombia, porque el país aún no tenía Federación, ni Selección Nacional de Fútbol, tenía en su filas al argentino Alfredo Di Stefano, quién estaba en carpeta para ser fichado por el Barcelona, no obstante, el Generalísimo Franco, quién era Presidente de España e hincha del Madrid, se entrometió en la negociación y terminó fichando a Di Stefano para el conjunto de la capital española.
Alfredo Di Stefano creó un vínculo especial entre River de Argentina, Millonarios de Colombia y Madrid de España. Mucho tiempo después Freddy Rincón y Edwin Congo figuras en Colombia pasaron por el Real Madrid pero sin pena ni gloria, quedando en la lista de fichajes estrellados según Mercafútbol, un portal deportivo en internet.
Por otra parte gracias a la prensa rosa hemos visto que Shakira, la cantante barranquillera, ha sido coronada como la madrina del Barcelona, gracias a su relación con el defensa culé, Gerard Piqué. Como hecho curioso ha fomentado la rivalidad entre estos 2 equipos; la canción oficial del Mundial de Sudáfricao 2010, “Waka, Waka,” de la autora de Pies Descalzos fue prohibida en el barrio de La Castellana, en el estadio Santiago Bernabéu y en el centro deportivo de alto rendimiento de Valdebebas, todos feudos del Madrid.
Los medios nacionales también asumen su responsabilidad al abrir sus noticieros con lo más destacado de los partidos a los que estos conjuntos españoles siempre se han enfrentado. Preguntan a los criollos por el desarrollo del juego y por cada jugador del plantel, como si fuesen conocidos de toda la vida.
Además la seguidilla de partidos en el 2011 dio para todo tipo de programas televisivos, radiales y por internet, incluyendo miles de notas para la prensa, creando una especia de influencia a la gente a través de algunos medios de estirpe madridista o culé , como lo son As y Marca para la casa blanca y Sport, y Mundo Deportivo para los barcelonistas patrocinados por Unicef.
Marca, As y Punto Pelota prensa parcializada al Madridismo, Sport, Goal y Mundo Deportivo prensa parcializada al Barcelonismo tienen su excusa, son medios españoles y llevan un tiempo trabajando en pro de cada equipo, pero canales como RCN o Caracol dedicaron su parrilla deportiva a estos equipos, olvidándose de la liga y copa que se juega en el país de las flores y esmeraldas.
Se evidencia en la nueva generación de periodistas criollos, ya no hay objetividad se critica al equipo del rival, Andrea Guerrero y Juan Felipe Cadavid hacen notas en las que el Barcelona queda por las nubes, mientras que Ricardo Orrego y Antonio Casale le construyen un altar con sus columnas de opinión al Real Madrid.
Hay otros que pretenden que un encuentro entre el equipo merengue y el equipo culé les cambie la vida, apuestan por el favorito en cada partido, vacían sus billeteras buscando doblegar sus ingresos pero muchas veces el cotejo no resulta como esperaba y termina cediendo a las presiones sociales que sus actos le imponen, es risible que en este lado del mundo existan riñas y la gente se vaya a los golpes por equipos del otro lado del charco, la violencia nunca ha solucionado algo.
En las redes sociales también se ha observado este fenómeno y es que cuando el partido acaba todos se convierten en comentaristas deportivos por encima de Iván Mejía, Hernán Peláez o Carlos Vélez. El problema radica en que el debate después de cuatro o cinco comentarios se convierte en una batalla campal para ver quién tiene la razón y como no hay imparcialidad, no hay ningún acuerdo, esto no quiere decir que siempre sea así, hay otros que si tienen mesura y leerlos a través de facebook, twitter o algún blog resulta ameno para el regocijo después de un buen juego, pero no deja de ser curioso que se hable tanto de estos equipos de Europa y al de la ciudad ni se le haga una mención.
La globalización ha obligado a Colombia a ver fútbol a través de sus televisores y ya no ir a los estadios, ver fútbol europeo, alcanzado a tope por el marketing social, mientras que el futbolista criollo se resigna con celebrar el gol a una tribuna llena de sombras.
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