viernes, 31 de agosto de 2012

Democracia ¿Dónde?


La democracia es un peligro porque es una dictadura disfrazada de participación popular. Los grupos económicos usan los medios para manipular a las masas y formar una conciencia que se intuye es propia. La elección del ciudadano inicia en los ideales que el mismo tenga pero se apoya en lo que ve y lo que le dicen.

La democracia bien empleada, en la que si se tiene en cuenta la voz de la persona que tiene menos oportunidades puede llegar a ser un arma que combata los más graves problemas del mundo.

Influye en el comportamiento social teniendo en cuenta que la mayoría de la población quiera mejorar su calidad de vida.

A veces se conforman grupos políticos que solo buscan satisfacer los intereses personales, enriquecerse a costillas del pueblo. Los proyectos no se cumplen con puntualidad.

El pueblo vive embobado y no se interesa por la política, dice que le parece aburrida. Prefiere ver programas que parecen experimentos sociales y no se da cuenta del hecho tan grave que es no participar en las decisiones que puedan afectar a la sociedad.

La democracia es una utopía en la que se espera que todos estén de acuerdo con una opción, creyendo que lo más votado es lo mejor, cuando muchas veces la misma democracia puede aplastar los ideales de los que de verdad quieran trabajar por un mejor futuro.

sábado, 25 de agosto de 2012

¡¡¡Bautíceme como quiera!!!


Mi nombre ha sido misterioso, objeto de bromas y confusiones como el de cualquiera. Mis papás tienen tres nombres, cada uno, yo tengo dos y mi hermanita solo uno. Mis progenitores al principio discutieron sobre qué nombre ponerme.

Mi señora madre tenía decidido hacerles un homenaje a sus hermanos fallecidos, Carlos y Roberto, pero no supo cómo combinar los nombres. No quiso llamarme Roberto Carlos porque no quería que yo saliera cantante y futbolista.

Decidieron que mi papá me llamara en honor a mis abuelitos; Luis, abuelo paterno y Roberto, abuelo materno. Mi mamá se quedaba con la decisión del próximo hijo que sería una niña bautizada como Valeria por la modelo argentina de apellido Mazza, estaba de moda en la época gracias a una novela. Me salvé de que me pusiera Maximiliano.

Después de bautizado y una rapada que me dejó como el hijo de Popeye. Quedé con el apodo de "Mono" tanto por mi familia paisa como por el color de mi cabello. Nadie decía mi nombre, todos me llamaban por Mono desde el celador del bloque hasta mi bisabuela.

Medellín quedó en el retrovisor y Cúcuta se veía en el panorámico. El Mono creció y pasó al colegio. En primero de primaria, un niño que tenía problema de aprendizaje para hablar y dificultad en la pronunciación de la R quiso decirme Rolo, por mi procedencia capitalina, pero se le cruzaron los cables y terminó por gritarme "Loro".

Hasta el final de mis días cargo con ese apodo. No me disgusta, me encanta, se convirtió en mi nombre artístico para mis presentaciones en tarima o en las canchas.  La única vez que no me agradó fue cuando combinaron dos animales y me empezaron a llamarme “loro-perro” por mi andar rumbero.

Mi primer nombre no me gusta por culpa de una propaganda de Águila en la que combinan las producciones de Doña Gallina con la de Bavaria. Un niño va por un caldo y bate los brazos como si fuera un ave corral, Don Luis, el dueño de la tienda, se equívoca al adivinar y le ofrece una cerveza. Pasó el tiempo y ese nombre de reyes y artistas se polarizó como el común de los tenderos así como Don Pedro es el panadero de la esquina.

Me presento como Roberto no es que no me guste decir mi nombre completo, lo contrario, me encanta, pero no sé si es que hablo muy rápido o a volumen bajo o es que la gente del oriente colombiano es sorda. Cuando digo mucho gusto, y tal. La gente es descarada y me dice Rigoberto o Luis Alberto. Hace poco casi no me dan una cita para una ecografía porque la enfermera residente, pobrecita, la jornada la trasnochó y me tuvo que atender a las 6 am, escribió en el informe José Roberto, casi se ponen a buscar al ex presidente de Millonarios para darle mi consulta.

Cuando me llaman por mi nombre completo siento como si me regañaran.
La confusión es en la universidad, pues mi familia y amigos de toda la vida me dicen loro. La costumbre al apodo ha dejado a un lado la falsa creencia que darle un mote a una persona es una ofensa, desde que se haga con cariño y respeto. La gente de la U me llama por mi segundo nombre y es agradable, son pocos los que se atreven a decir mi apodo.

La confianza es mucha cuando lo hacen, aunque hay algunos a los que no les suena, tanto que piensan que Loro es mi segundo apellido, mis papás no son tan crueles como para bautizarme como un diputado de Venezuela, pero los compañeros de carrera sí y así me han escrito en la portada de los trabajos.

Nunca me han llamado Beto, Bob, Berto o Bobby, tampoco Robby ni Rob, pero si Robert, el más conocido de los americanismos. De pronto porque estamos en territorio andino y no en el caribeño. Lucho sí me han dicho, sobre todo los obreros con los que a veces trabajo.

Mi papá me dice R cuando me va a pedir un favor y la prima que más quiero me dice “Peteto” porque cuando era chiquita no era capaz de pronunciar Roberto.

Mi abuelita paterna fue la única que de verdad me llamó como se le dio la gana. Debatía llamarme, entre bichito o Casimiro, a la hora del almuerzo para que la ayudara a servir la mesa o para sentarme a comer. La tapa fue cuando llevé una novia a la finca y me dijo "Casimiro esa caraja no le conviene, lo va a exprimir"

lunes, 6 de agosto de 2012

Cuidemos lo nuestro


Las zonas verdes de la ciudad no deben ser parte de un juego político. Tampoco son espacio es para que la gente haga lo que quiera sin pensar en las consecuencias de los actos.

El alcalde, Donamaris Ramírez, ha hecho un llamado a la ciudadanía a mantener limpia la ciudad para que Cúcuta sea próspera y ordenada.

Por culpa de la falta de civismo y ausencia de cultura ciudadana  no se han visto los avances requeridos para esta época del año. La ola invernal y el calor sofocante también han sido protagonistas de este atraso.

La labor que exige este tipo de proyectos, embellecer la ciudad, ha sido repartido entre corporaciones y concesionarias para agilizar el trabajo. No ha sido suficiente, mientras que unos tratan de mejorar la cara de la ciudad, otros se duermen en los laureles objetando que no hay garantías para llevar a cabo los planes.

La recuperación de las zonas es compromiso de los cucuteños. El comparendo ambiental es una buena herramienta para corregir a quienes infrinjan las normas establecidas.

Las empresas encargas de este plan de acción junto con la administración municipal deberían apurar el paso en este proyecto para que las obras sean entregadas el día que es.

La colaboración de los ciudadanos es indispensable en esta clase de campañas para lograr que Cúcuta sea moderna y atractiva para el turismo. Ahora que vienen los Juegos Nacionales no se puede mostrar que la casa está desordenada.

domingo, 5 de agosto de 2012

Cuando el día acaba, La Opinión comienza


La noche arropó a los futuros comunicadores quienes esperaban tranquilos en la entrada al periódico. El profesor llegó a tiempo a la cita, aguardaron por un rato mientras el conteo de cabezas estuviera completo.

Entraron a la sede. El celador se convirtió en cerrajero, los celulares quedaron en silencio. El docente no acató su propia orden. Una llamada avisó que el grupo estaba incompleto. Decidieron continuar de ese modo.

Los estudiantes irrumpieron la sala de redacción. Notas sobre deportes, política, asuntos nacionales e internacionales se cocinaban en los computadores de los reporteros. A algunos equipos los acompañaba la soledad, quienes los utilizan están de vacaciones. Los periodistas que terminaban de escribir las noticias dejaron a un lado su trabajo para atender dudas.

El salón de diagramado era un cuarto de conflictos serenos. Diseñadores y periodistas discutieron y debatieron sobre la posición de los escritos y fotos en el periódico impreso precedidos por un diseño hecho en borrador como guía para lo que de verdad se quiso divulgar. La publicidad y el posicionamiento de las columnas dan el orden en que va impresa la página.

Gabriel Velandia foto mecánico de La Opinión dio una charla sobre el manejo de la máquina CPT y cómo imprimir la lámina que irá destinada a la rotativa. Todo el proceso de edición digital y la transformación a formato físico.

Cian, magenta, amarillo y  negro son los colores utilizados en la elaboración de la lámina y posterior impresión. Cada uno tiene los mismos dibujos trazados pero en diferentes puntos para que al unirlos la imagen sea perfecta.

El ensordecedor ruido de la rotativa marcó la pauta del final de la visita. Algunos quedaron con la expectativa de que se escuchara el grito de “Paren las rotativas” pero no pasó ningún hecho que mereciera tal distinción como había sucedido con la muerte de El Pulpo o la victoria de María Isabel Urrutia en los olímpicos de Sídney.

Eleazar Castellanos, el camino del guerrero


Eleazar Castellanos, humilde campesino nacido en Toledo en 1927. El 12 de julio dio el último suspiro. El gusto por la bebida le ocasionó una falla en el hígado, que tiempo después se convirtió en cáncer.

Fue amante de la caza y la pesca. Domador de bestias y jinete. Fanático del tiro con arco y practicante del bolo criollo. La tradición y la naturaleza rural lo invitaron a seguir la vida por el camino de la religión cristiana.

Eleazar, hijo de aldeanos, heredó la finca de los padres. Estudió solo la primaria. De pequeño, el papá le enseñó cómo labrar la tierra y algunos conocimientos sobre mecánica agrícola y automotriz.

Fue tal el desempeño como trabajador industrial que decidió abrir el primer taller de metal mecánica en el pueblo natal. Con este negocio pudo hacer lo suficiente para comprar la granja, que llamaría “El Uvo”. Se dedicó a arriar ganado, fabricar panela, recolectar fruta y cosechar café.

El taller y la hacienda le permitieron tener suficiente dinero para que los hijos recibieran educación y no cayeran en el error que había cometido. Dejar el colegio para conseguir plata. Uno de los descendientes no siguió los consejos y se encargó de la fábrica.

Creía en el valor de palabra, equilibrado, lucido y respetuoso de las instituciones. Fiel creyente de los partidos políticos, militó en el Partido Conservador sin importar que el progenitor fuese liberal. A mediados de los años 60 fue concejal del pueblo, supo que no era lo suyo, y volvió a arar los campos.

Estuvo casado durante 50 años con Alis Hernández hasta que hace dos años un cáncer de seno se interpuso en el matrimonio provocando la muerte de la esposa. Dejó como legado siete hijos, ocho nietos y 2 bisnietos a quienes siempre supo darles ejemplo.

Vivió en Cúcuta, en el barrio Quinta Bosch. En una casa esquinera para albergar a la numerosa familia. El hogar se dividió en dos cuando los hijos abandonaron el nido. En el primer piso vivían los viejos, en el segundo, el retoño que nunca se fue, quien luego se casó y tuvo hijos pero siguió allí.

César Castellanos, hijo menor, sufre una enfermedad que lo cohíbe de mover las piernas con facilidad, tiene que andar en silla de ruedas. Para César, el papá siempre fue un modelo, lo recuerda con una frase que le solía repetir cuando niño “La vida enseña y el hombre aprende”.

María del Pilar Contreras, familiar política, lo visitó por última vez un día antes de la muerte. Encerrados en la habitación, Pilar sintió que Eleazar se despedía de todos. No veía qué debía hacer en este mundo.

“Debo tener fuerza para esperar a la muerte y no para enfrentarla” fueron las últimas palabras de Eleazar. La quietud intranquila se apoderó del cuarto y un infarto silencioso atacó al viejo cuando la señora abandonó el recinto.

El velatorio fue en La Esperanza en Cúcuta, tuvo un detalle especial. Fue ofrecida una misa en honor a la memoria. Trasladaron el ataúd hasta la iglesia Santo Domingo Savio. Terminada la eucaristía, el féretro fue llevado de regreso al centro de vigía.

Las exequias fueron en Toledo. La urna en la que guardaron las cenizas fue sepultada en un lote de la finca que ahora la familia considera un santuario. Eleazar y Alis descansan juntos en la eternidad.