viernes, 22 de noviembre de 2013

Vida sin imagen y desconectada.


Me he quedado dormido con el televisor prendido, dejé que la estática me acompañara mientras Morfeo cumplía con su trabajo y en el corral de conteo se me acababan las ovejas. El sueño se hizo profundo, había sentido un leve temblor, pero no le puse atención y seguí en mi letargo.

Cuando desperté, vi que la pantalla estaba apagada. No le instalé el automático, se me hizo extraño, intenté encenderla, pero no se dejó. Al principio pensé que se había ido la luz, así que hice lo que cualquiera, subí el interruptor, los bombillos funcionaron de maravilla. Seguí con mi ritual de baño para estar presto al día, al terminar, decidí buscar en internet alguna solución para mi inconveniente, pero me llevé una sorpresa que podría considerar un poco desagradable, estaba sin línea, en desconexión total. Estaba sin señal y sin imagen. La pantalla negra de ambos monitores me indicó que tenía que buscar otra forma de distracción e información.

No le di tanta importancia y quise seguir durmiendo, tenía horas de sueño acumuladas y como era fin de semana, quise aprovechar. Al volver al mundo real, vi la necesidad de comprar el periódico, con el único propósito de saber que había pasado con la televisión e internet. No había nada, lo mismo de siempre, la reina, la estrella del momento, el muerto del día y el resumen del partido; decidí, encender la radio, busqué mi emisora favorita, dándole la vuelta a todo el dial, pues estaba acostumbrado a escucharla vía online. La encontré, por fin, estaban transmitiendo un conteo de canciones, de repente, el locutor interrumpió su propia intervención para informar sobre lo que había pasado. Ese leve temblor que yo pasé por alto, fue un choque electromagnético, producto de una explosión nuclear hecha en las profundidades del mar. Este incidente afectó la tecnología digital, solo servían aquellos artículos de uso análogo, mi papá que acababa llegar del trabajo, dijo “Nos atrasamos 100 años”.

No sabía qué hacer, pensaba en el ahora y en el después, nada servía, traté de buscar el tv viejo, para conectarlo a la antena aérea, pero no, ya estaba obsoleto, la rosca con la que se cambiaba el canal se le había perdido, subí al techo para mirar si la torre que recibía la señal vía microondas seguía, pero, en la última navidad la quitaron para poner un  muñeco de nieve que se derritió el día de reyes.

Me había resignado, mi ser virtual había muerto, las redes sociales a las que estaba inscrito quedaron en el recuerdo, aquellos programas que podía ver tanto en la web como en la caja negra se convirtieron en  una historia de tradición oral.  Quise darme un espacio de distracción, me fui a jugar fútbol, se acabó el partido, volví a casa, retomé un libro que tenía abandonado, lo terminé de leer un santiamén, no había celular con datos que me interrumpiera.

Otro baño, ¿pero y la música que me acompaña en el ritual?, todas eran listas de reproducción de YouTube, tuve que recurrir a los viejos casetes que mi papá había comprado y a otros que yo había grabado de pequeño. Después, mis amigos me llamaron para saber dónde íbamos a ver el partido de Colombia, les dije que tocaría a través de conjuros con taitas y caciques en alguna señal de humo, porque ningún televisor del mundo servía, los seres humanos nos habíamos digitalizado, las herramientas electrónicas eran una extensión más del cuerpo. Otra vez todos pegados a una voz conocida de una cara imaginada, el locutor cantaba los goles y se celebran, pero no había repetición si se lo perdía, ni un tuit, ni una actualización de estado que hiciera eco de aquel grito de celebración. Era vivir el momento sin derecho a duplicarlo.

El tiempo muerto decidí en emplearlo que hacer las atrasadas metas que tenía en mi vida, escribí un libro, realice un collage y varios álbumes con fotos viejas, me costó mucho más tiempo y trabajo, tuve que diseñar como si estuviera en la primaria, viajé a la playa, subí a una montaña, pero igual no dejaba de pensar en que necesitaba relajarme, un momento de total conexión con alguna caja mágica, además era igual de importante mantener contacto con aquellos que se encontraban lejos, las llamadas eran imposibles, las comunicaciones siempre estaban colapsadas, era más fácil escribir una carta y esperar que hiciera su recorrido.

Padecí un poco al volver a la universidad, nos dejaron un trabajo de consulta, recurrí a los libros, a la gente, a la biblioteca, todo bajo control, pero cuando era primordial un tema específico, extrañé la opción de búsqueda fácil que me daba internet. Tenía que leer más y encontrarme con datos que no me servían para lo que estaba haciendo. Los e-books volvieron a ser enciclopedias, los vídeos que explicaban los temas tenía que imaginarlos.

Al finalizar mis trabajos, quise ver una película, mi computador solo me mostraba “Error 404” y error “510” era como la señalización de algún salón de clase para niños no deseados. El VHS estaba en la finca, y solo tenía un videotape que ya había visto más o menos 20 veces. Mi bolsillo no tenía tanto aguante para consumir en un ratico la cartelera que promocionaban los distintos cinemas como si podía con ese poderoso invento llamado internet.


Mi portátil y mi celular se habían convertido en un reloj con juegos, tenía más tiempo libre para encontrarme conmigo mismo y con los demás,  los recuerdos se guardaban con más valor, pero me había quedado sin distracción banal.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Todo es un remix

Las innovaciones que disfrutamos han sido posibles gracias a la remezcla de los elementos que ya existen para darle lugar a algo “novedoso”.

Vivimos en una era en  la que se puede decir que ya todo se ha creado y debido a ello, las nuevas formas para inventar se ven referenciadas en artículos, canciones, películas, libros, basados o tomados de una idea ya expuesta o propuesta para destacarse en el mundo.

El proceso de idea original ha cambiado y su base se mantiene como nuestra interacción diaria con las tecnologías de la comunicación y la información, en la creación de contenidos y en la forma en la que compartimos lo que hacemos: copiar, transformar y combinar.

La creación es el fruto, producto del trabajo y esfuerzo para lograr variaciones de una idea, que esta  a su vez, sea más sofisticada, no es un truco, tampoco le ha llegado a una mente en blanco como por arte de magia. El hombre siempre está influenciado por el trabajo de los demás, nos basamos en algo que ya existe para mejorarlo o para renovarlo, ya lo decía Picasso: “es mejor que la inspiración te encuentre trabajando”.

La remezcla es necesaria para que exista el avance tecnológico, se abre un paralelo entre evolución natural y evolución social y se entra al debate por la propiedad intelectual porque el sistema de leyes no reconoce la naturaleza de la creatividad, en donde las ideas se entrelazan entre viejas y nuevas, no se aíslan, lo contrario, se complementan entre ellas.

Quentin Tarantino, director reconocido en el mundo del cine, es el mejor ejemplo de lo que quiere expresar el vídeo, porque en sus producciones logra reunir varios elementos de aquellas que ya han sido expuestas a la luz pública, algunas veces se ha expresado que es un homenaje, sin embargo, la similitud en las escenas no pasan desapercibidas. Es un multiprocesador de imágenes que se convierten en estímulos para que otros las tomen como punto de partida.


El arte ahora es una generalidad y se puede considerar como material de consumo, todo esto representado desde la Industria Cultural, pues la retroalimentación se presenta como una característica necesaria e inseparable dentro del proceso creativo porque si no hay quien se valore y comparta la obra, con quien se haga un análisis, no podrá ser apreciada como la consecución de una nueva idea y la necesidad de mostrar algo nuevo al mundo pasará por alto.

lunes, 28 de octubre de 2013

Personalidad de Coca Cola

Coca Cola se retrata como una morena de ojos claros que quiere sobresalir en el mundo sin importar las consecuencias, es una luchadora incansable cuyo propósito es otorgar felicidad para el mundo; ella, con su refrescante ánimo busca satisfacer esa necesidad compulsiva del ser humano, esa que tiene cuando el sentimiento lo asfixia cuando se queda sin aliento. La sed del hombre es calmada gracias a su misteriosa y sabrosa sustancia.

Es una impulsadora, una empresaria, una guerrera en la selva de cemento, la competencia la admira con envidia. Está presente en cualquier reunión o evento social, su puesto es el centro de la mesa, merece toda la atención posible hasta que su líquido vital, color caramelo, desaparezca y sin embargo se sigue hablando de ella, no muere, se ha eternizado.


Siempre cuida su figura, se presenta con nombre y apellido, es aceptada por la mayoría de la población y al mismo tiempo algunos la esquivan, es modelo a seguir, pero cualquier caída será aprovechada por sus detractores. Está a la vanguardia de la moda, ella es quien impone el estilo, ayudada con la mística de su liderazgo. En la presencia de otro producto, se llora su ausencia, es la mejor compañía para complacer los placeres culposos de aquellos impulsos innatos del ser humano.

domingo, 27 de octubre de 2013

El desafío a la educación

Los diversos cambios sociales a través del transcurrir del tiempo y los avances tecnológicos han permitido la creación de diferentes formas de enseñanza y aprendizaje. Algunos educadores han adoptado temáticas cercanas a la actualidad que desarrolla el hombre. Los alumnos están atentos a los contenidos, pero sin la mayor capacidad de análisis frente a los temas que se abordan en clase.

Las redes sociales, el bombardeo de información sin corroborar, la constante interacción virtual sin sentido alguno y la pereza mental se han vuelto obstáculos en el proceso educativo. La rutina es un arma letal, los profesores deberían olvidar esa aburrida defensa de cuidar y preservar la tradición escolar e innovar en su método de predicamento y evaluación. No hay por qué temerle a las nuevas herramientas, las nuevas generaciones pueden ser más perceptivas.

La escuela no debe ser una industria que produzca en masa alumnos con buenas notas, eso es importante, pero no es lo esencial, se debe tener cuenta que se trata con seres humanos llenos de sentimientos, emociones y esperanzas. Hay que incentivar el desarrollo de la creatividad, convertirse en un guía, otorgar opiniones que fomenten el crecimiento profesional del educando.

El estudiante tiene que poner también de su parte, no hay ley del embudo que valga, la disposición es fundamental, puede que ahora se haya convertido en una especie de pulpo mecánico, sus tentáculos de pantallas táctiles y conexión eterna ayudan a que el conocimiento esté cercano a ellos, pero muchas veces, se traga entero, no hay reflexión sobre los datos que consumen.

El hecho de que ahora se guarden en pequeñas piezas, grandes cantidades de información, genera que se evalúe por competencias y no por conocimientos, es decir quien logre mejorar sus capacidades y aptitudes en el plano estudiantil como en el laboral, correrá con mejor suerte que aquel que solo se conforme con demostrar el saber adquirido.

Es importante mantener los cálculos sobre el acceso a la educación, ya que no ha sido posible llegar al porcentaje total de la población, muchas veces por falta de recursos las personas se quedan sin estudiar, sin embargo, algunos que obtienen el privilegio, prefieren desprestigiarlo, ocuparse en actividades banales que los convierten en estadísticas deplorables cuando se trata de medir la calidad.

El reto que tiene la educación para esta época, es lograr el panorama se ilumine un poco en lo relativo a la percepción académica y valorativa de los futuros estudiantes y para ello se exponen ocho desafíos.

Primer desafío: Privilegiar el desarrollo frente al aprendizaje

La espada tal cual la carga el caballero y que ahora acompaña al estudiante  en este momento, es la interpretación. Todo estudiante tiene como obligación conocer su entorno, saber qué pasa a su alrededor, tener la suficiente capacidad de razonamiento para emitir una conclusión acertada sobre lo que ve, oye y escucha. Hay que apropiarse del discurso, las palabras son puertas que permiten la entrada y salida de los pensamientos. El entendimiento de los conceptos y la formación de ideas fortalecen las competencias.

Segundo desafío: Abordar al ser humano en su complejidad (diversidad e integralidad)

La integralidad es la carta a mostrar, es el as sobre la mesa, la formación como ser humano es fundamental. El estudiante viene con distintos talentos que puede desarrollar a lo largo de su vida, no tiene por qué frustrarlos para explotar uno solo, cuando los puede complementar. El estudiante confía en la escuela para que lo ayude a mejorar en cualquier ámbito de la vida.

Tercer desafío: Priorizar el trabajo en competencias básicas

La meta trazada es el saber idóneo. La exploración de los temas sociales y preguntarse sobre su origen, permite una valoración destacada sobre el diario acontecer. El estudiante desde un punto de vista utópico, sería sensible sobre lo que pasa frente a sus ojos y se preocuparía por proyectar un plan de acción que complemente algún objetivo de su comunidad o en el caso contrario, resolver la problemática que la misma pueda presentar.

Cuarto desafío: Hay que desarrollar mayor diversidad y flexibilidad curricular en la educación básica y media.

El ritmo de vida marca la flexibilización del individuo. El tiempo se distribuye según la necesidad y la rapidez que exija la acción que vaya a efectuar. El objetivo que trae consigo la modernización de la escuela es contribuir al desarrollo del pensamiento independiente, la explotación de la originalidad. Cada persona posee cualidades diferentes, no pueden ser tratados como animales de granja como si cada uno ya tuviera una función asignada. La planificación del proyecto de vida debe ser libre y no impuesta.

Quinto desafío: La formación de individuos más autónomos.

Los seres deben ser capaces de tomar sus propias decisiones a partir de procesos de pensamiento y reflexión sin sentirse obligados a elegir una opción en la que intervengan otros. Debe ser auténtico, no tiene por qué dejarse llevar por la opinión de los demás. La escuela entra como ente formador en el caso que debe ayudarlo a que sea decisivo con responsabilidad, pero sin influir de forma directa en la elección.

Sexto desafío: Favorecer el interés por el conocer

La forma de despertar el interés es un componente necesario. Hay que incentivar, generar curiosidad por lo desconocido, por lo que ya se ha descubierto, pero que solo hay datos de la superficie, hay que ir más a fondo. No debe callarse la pregunta, ni guardarse la respuesta. La incertidumbre logra seducir al hombre para que busque, encuentre compruebe, analice y saque conclusiones sobre la información que le es otorgada, restringir el beneficio de la duda, se debería considerar como pecado capital.

Séptimo desafío: Favorecer la solidaridad y la diferenciación individual

La ventaja son los detalles que se tengan en común, es indispensable como principal motor de la motivación para consolidar la solidaridad como una poderosa herramienta para el avance de la sociedad.

Sí, se debe destacar al individuo por el esfuerzo pero no se le debe enseñar que para triunfar hay que pasar por encima de los demás sin importar las consecuencias. Hay que manejar las diferentes situaciones con criterio y carácter y a la vez que se vaya avanzando, se podría ayudar a quién lo necesite, siempre y cuando demuestre interés y sea agradecido.

Octavo desafío: Desarrollar la inteligencia intra e interpersonal


El tiempo libre no debería ser usado como una extensión del trabajo. Es un espacio para dedicar al mismo ser. Hay que rescatar la conversación cara a cara, el mensaje escrito, la interacción humana. El uso de las nuevas tecnologías es bueno, siempre y cuando sea de manera responsable y ese tipo de máquinas no absorba el alma de quien lo utilice. La mirada siempre será fundamental para descubrir lo que el otro piensa. El ser inteligente viene acompañado de la discusión, del abrazo, del encuentro. No es consecuente que se midan las capacidades solo por la acumulación de datos como si el hombre fuese un computador.

lunes, 25 de febrero de 2013

Se perdió el control remoto


Se supone que la televisión es un sistema de educación, entretenimiento e información, pero parece que en Colombia lo único importante, para los grupos de poder, es que las personas no usen este aparato para formarse, sino como un pasatiempo más en el que pueden ser manipuladas gracias a la publicidad y los programas banales.

No hay un mensaje concreto ni existe la necesidad de dejar con ansias al público para que realice una crítica constructiva. La programación “basura” invade los espacios de los canales y permiten que el ser humano alcance un grado de insensibilidad a tal punto que pueda almorzar en un ambiente tranquilo y al mismo tiempo vea en primer plano al muerto del día.

Los canales privados han tenido la osadía de acaparar la curiosidad del televidente promedio al ofrecer programas en los que sobresale la violencia, el sexo o el morbo, en los que la gente no está pendiente de lo que pasa sino en el intercambio de chismes o rumores.

La televisión colombiana ha vuelto perezoso al ciudadano, ahora solo quiere buscar algo entretenido que lo aparte de sus problemas y no busca contenidos que lo inviten a pensar. Se sienta frente a la caja mágica, da una o dos rondas por los canales hasta que encuentra algo que le atraiga hasta que sea la hora de   dormir o de volver a las actividades laborales.

Un obrero, una ama de casa, un ingeniero o un médico tienen todo el derecho a ver un programa que los relaje después de una extensa jornada de trabajo, pero tampoco es el hecho que un programa se les sea entregado, masticado y fácil de digerir, que no requiera el mayor esfuerzo ni capacidad para reflexionar sobre lo que ven.

Bombardeados por programas sin sentido, enlatados, concursos en los que juegan con las ilusiones de la gente, mujeres de plástico, narcotráfico; el público se dejó llevar por la pasión de saber cómo conseguir plata fácil. Miran programas sin criterio alguno en los que el protagonista para llegar a la cima pasa por encima de todo el mundo y no le importa lo que pasa a su alrededor.

Los productores ya no tienen en cuenta los valores que se cultivan en el ámbito familiar, lo importante es producir para vender y consumir, mientras se llenen los bolsillos sobra la invitación a pensar. Ya no es importante dar ejemplo a través de la televisión, sino crear ídolos de barro que el público ame y olvide en un santiamén.

Hay que aceptar que hubo auge y expansión de la telenovela colombiana, pero porque el producto era bueno y destacable tanto así que otros países adquirieron derechos de varias de ellas e hicieron su propia producción basados en la creación colombiana.

Es increíble que los ‘realities’ o partidos de fútbol tengan un mayor nivel de rating y puntúen en el share cuando existen programas que cumplen con la trinidad de la comunicación como lo es el Profesor Súper O que a pesar de ser premiado no ha conseguido la difusión esperada en la población colombiana.

Hay canales que tratan de salir del hueco en el que está la televisión en Colombia, tales como Señal Colombia, Zoom o Canal Capital, quienes hacen un esfuerzo enorme por mejorar las parrillas de programación y para competir cabeza a cabeza con los canales de mayor poder.

Programas como “La Lleva” o “El Show de Perico” a pesar de pertenecer a la franja infantil, generan interés en todo tipo de público porque exaltan la cultura y modo de vida de las personas al igual que “Los Puros Criollos” en el que se destacan aspectos de la cotidianidad.

Este tipo de programas tienen poca publicidad y muchas veces no llama la atención como lo puede hacer una novela en la que se gastan millones en estrategia de mercadeo.

El fondo del problema es que los hacen televisión colombiana hacen dos programas buenos y se sienten en las nubes, no aumentan sus expectativas, se conforman con poco mientras que aquellos que solo se inquietan por conseguir grandes cantidades de dinero crean muchos programas pero de calidad baja y contenido superficial.

El televidente se debe preocupar por lo que ve, por qué programa va a consumir y si de verdad le sirve como ayuda a su crecimiento como ser humano que piense y se divierta al mismo tiempo.