La censura en estos días se ha utilizado de manera arbitraria, dado que una persona del común que ha salido del barrio bautizado como René Pérez y que por gracias del destino se ha vuelto artista nombrado como Residente, ha transmitidos sus pensamientos a través de camisetas que contenían mensajes, que pudieron estar escritas para utilizar el doble sentido o simplemente cómo él dijo: “cada quien tiene su manera de ver las cosas”, sin embargo esto tuvo repercusiones tanto en la cadena que promocionaba su evento, como en los diferentes gobiernos a los que criticaron provocando la cancelación al grupo Calle 13 de varios de sus conciertos en la isla borinqueña de Puerto Rico y en algunos sitios de nuestro país.
Partiendo desde está problemática, podemos observar que la teoría de la comunicación o semiología está sumergida dentro la censura en la televisión, ya que el solo hecho que suene un “bip” está ocultando la idea que tenga alguna persona sobre algo en algún aspecto para alguien, no obstante, también es claro que la grosería no es ninguna idea clara para expresar alguna opinión por lo que se debe censurar, aunque en canales de cadenas multinacionales están considerando no censurar las groserías alegando como defensa que cada persona tiene derecho al libre desarrollo de la personalidad y que la culpa que un niño aprenda una mala palabra no es del canal o la TV, sino de los padres, porque cada uno de ellos tiene la responsabilidad de educar a sus hijos utilizando sus propios métodos de disciplina.
Muchas veces el mismo gobierno de cualquier país sea de una índole política naciente o ya existente y perdurable a través de los años, se encarga de censurar a los medios obligándolos a pasar solo las noticias, que ellos crean que no son signos de riesgo para sus ideologías, lo que ocasiona que se desvirtúe la información que se pretende comunicar, ya que estos medios son manejados por personas de carácter poderoso hablando en temas de dinero y política, y no pueden permitir que en su medio se muestren símbolos, mensajes o signos en contra de ellos, sin embargo esto atenta contra la imparcialidad y objetividad que debe caracterizar a un medio de comunicación.
Los medios saben lo que el público quiere y trata de cumplirle con las mayores expectativas a como dé lugar con sus peticiones, pero son tantos los momentos en que nosotros mismos nos encargamos de censurar a quien alguien de afuera trata de comunicar un mensaje, sea idóneo o incorrecto, se debe respetar el derecho que tiene de expresarse en una sociedad utilizando sus opiniones para hacer crecer su entorno, obviamente sin tener que llegar al punto de la altanería, aunque en este mundo globalizado ya no necesariamente se tiene que decir una mala palabra o hacer un gesto obsceno para ser censurado, solo hay que utilizar algún signo, puede ser cualquier cosa, que represente, un Estado, un pueblo, un país o simplemente ser humano, que vaya en contravía de lo que todos quieren para ser callado por los mismos medios que transmiten el mensaje.
Bibliografía
Teoría De La Comunicación De Masas, Demoragas Spa Miguel
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